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Templo de Lima - Peru

Anuncio: 01 abril 1981 Ceremonia de la palada inicial: 11 septiembre 1982 Programa de puertas abiertas: 11 diciembre 1985 - 23 diciembre 1985 Dedicación: 10 enero 1986
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Templo de Utah - USA

Anuncio 28 julio 1847 Ceremonia de la palada inicial 14 febrero 1853 Dedicación 06 abril 1893
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Blog Rama Apurimac

Creado para proveer información a la comunidad hispana acerca de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. En este nuevo espacio no solo podrás leer noticias y acontecimiento de la Iglesia sino que además podrás expresarte.
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Templo de Madrid, España

Anuncio 04 abril 1993 Ceremonia de la palada inicial 11 junio 1996 Programa de puertas abiertas 20 febrero 1999 - 13 marzo 1999 Dedicación 19 marzo 1999
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Templo de Aba, Nigeria

Anuncio 02 abril 2000 Ceremonia de la palada inicial 23 febrero 2002 Programa de puertas abiertas 18 junio 2005 - 02 julio 2005 Dedicación 07 agosto 2005
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Templo de Fukuoka, Japón

Anuncio 07 mayo 1998 Ceremonia de la palada inicial 20 marzo 1999 Programa de puertas abiertas 01 junio 2000 - 05 julio 2000 Dedicación 11 junio 2000
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Templo de Brisbane, Australia

Anuncio 20 julio 1998 Ceremonia de la palada inicial 26 mayo 2001 Programa de puertas abiertas 10 mayo 2003 - 07 junio 2003 Dedicación 15 junio 2003
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Templo de Nuku'alofa, Tonga

Anuncio 02 abril 1980 Ceremonia de la palada inicial 18 febrero 1981 Programa de puertas abiertas 06 julio 1983 - 24 julio 1983 Dedicación 09 agosto 1983 Rededicación 04 noviembre 2007
Templo de Nuku'alofa, Tonga

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miércoles, 29 de abril de 2009

Es un buen momento para buscar la guía del Espíritu

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En una carta enviada a traves de lideres locales, la Presidencia de Area en Mexico recordó a los Santos en Mexico:

Las promesas que nuestro Padre Celestial ha dado por vivir la Palabra de Sabiduría y por pagar un diezmo íntegro vendrán a la vida de los santos fieles y de todos aquellos que se decidan a cumplir fielmente estos mandamientos.

Ante la situación actual que se está viviendo en el país por causa de la Influenza, pedimos que inviten a los miembros de sus respectivas estacas a prestar mucha atención a las indicaciones que está proporcionando el gobierno.

Debemos alentar a los miembros a tomar decisiones con toda la cautela y buen juicio que este caso merece.

Este es un buen momento para alentar a nuestros miembros a buscar la guía del Espíritu a través de la oración familiar y para poner en práctica todos los consejos que la Iglesia por muchos años ha enseñado en cuanto al orden y limpieza con la que debemos vivir, no sólo espiritualmente sino también en el cuidado que merece nuestra persona (D y C 88:119).

Las promesas que nuestro Padre Celestial ha dado por vivir la Palabra de Sabiduría y por pagar un diezmo íntegro vendrán a la vida de los santos fieles y de todos aquellos que se decidan a cumplir fielmente estos mandamientos.

Es momento para que los consejos de barrio y estaca operen de tal manera para que a través de ellos, los obispos y presidentes de rama sepan sobre las condiciones de salud de los miembros de la Iglesia; afortunadamente las instancias de salud pública cuentan con los medicamentos que ayudarán a frenar el desarrollo de esta enfermedad cuando los síntomas son detectados a tiempo.

Hacemos de su conocimiento que cada día nos reuniremos como Presidencia de Área para analizar la situación y tomar las decisiones que más convengan al cuidado de nuestros miembros, mismas que les notificaremos a la mayor brevedad posible, ya sea por carta, llamada telefónica o correo electrónico y el sitio oficial en internet (http://www.sud.org.mx).

Rogamos por que las bendiciones de salud desciendan sobre cada uno de los miembros de la Iglesia y sobre los habitantes de este país tan maravilloso.

Sinceramente,
Presidencia de Área México

También te interesará leer el: Boletín de la Presidencia de Área México

lunes, 27 de abril de 2009

Suspendidas las reuniones de la Iglesia en Mexico

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Según las noticias que están apareciendo, el gobierno mexicano ha decidido restringir las reuniones publicas (al parecer solo en el DF) lo que significa que entre otras cosas (que incluyen escuelas, cines y museos) han sido suspendidas las reuniones en las Iglesias, incluyendo aunque no está confirmado la Iglesia.

En este momento hay una alerta a nivel internacional debido a la rápida propagación y a lo poco que se sabe aun de esta enfermedad. Debido a que la enfermedad ha aparecido primeramente en Mexico (donde ya van 1800 casos y aprox. 80 muertos) las primeras medidas han sido allí pero hay que ver la evolución de la enfermedad en el mismo territorio mexicano y otros países, en especial los centro americanos y el sur de estados unidos.

La suspensión de reuniones en primera instancia sera hasta el dia 6 de mayo.

Esperamos de todo corazon que este principio de alerta logre ser controlado y que aquellos que ya esten enfermos puedan recuperarse de la mejor manera.

Cariños, fe y animo a los miembros de Mexico.

viernes, 24 de abril de 2009

El Servicio, Un Capital Espiritual

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"La vida en abundancia que mencionan las Escrituras, es el capital espiritual que se obtiene con la multiplicación de nuestro servicio a los demás, y la inversión de nuestros talentos al servicio de Dios y de la humanidad.

A menos que la forma en que vivimos nos lleve más cerca de nuestro Padre Celestial y de nuestro prójimo, se producirá un enorme vacío en nuestra vida.

Una de las grandes diferencias entre el verdadero gozo y los meros placeres, es que algunos de éstos se obtienen a costa del sufrimiento de otras personas.

El gozo, en cambio, emana de la generosidad y el servicio, y siempre beneficia a otros en lugar de lastimarlos."
(Pte. Spencer W. Kimball, Liahona junio 1979, pág.3)

miércoles, 22 de abril de 2009

Pedimos fe y se nos manda un problema

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por Royden G. Derrick.

"Me da lástima el hombre que no tiene problemas” dijo Norman Vincent Peale una noche en reunión en Nueva York. “Si usted no tiene problemas, vaya y busque uno.” Mi esposa y yo hablamos esa noche sobre esas palabras antes de irnos a dormir. No estábamos muy de acuerdo con el Dr. Peale, pero ahora creo que he llegado a entender lo que tenía en mente.

Cuando tengo un problema, y parece que siempre tengo cuando menos uno, pienso que nadie tiene problemas, excepto yo. Pero al asociarme con otras personas, he descubierto que casi todas tienen problemas que resolver.

Si usted examina los libros de historia y estudia las vidas de los hombres famosos, encontrará que los verdaderamente ilustres son aquellos que vencieron problemas difíciles. No es el problema en sí lo que edifica una grandeza de carácter.

El mensaje de Norman Vincent Peale fue que, es el vencer un problema lo que edifica el carácter. Cuando oramos a nuestro Padre Celestial, muy a menudo pedimos sabiduría, justicia, entendimiento, paciencia, tolerancia y muchas otras cosas. En contestación a esto, el Señor nos concede problemas, ríos cuales, si los vencemos, desarrollarán en nosotros las virtudes que hemos pedido. Muy a menudo, los problemas parecen muy difíciles y rápidamente pedimos que nos sean quitados. Pero el Señor, en su sabiduría, deja que resolvamos dichos problemas para que al hacerlo, desarrollemos virtudes de valor eterno. Admiramos a los Abraham Lincoln, los Henry Ford, y las Helen Keller, no por los problemas que afrontaron sino por los que vencieron.

Es obvio para aquellos que están apegados al programa misional de la Iglesia, que nuestros jóvenes que salen a misiones como muchachos, regresen como hombres maduros. Abandonan sus hogares, familias, escuelas, amigos y ambientes conocidos para ir a tierra extrañas a predicar el evangelio. ¡Sólo un misionero que siente nostalgia al estar lejos de su país sabe realmente lo difícil que es esto! Pero a medida que los misioneros afrontan sus desafíos, crecen; y después de dos años regresan a casa con una madurez más allá de su capacidad a causa de las características que han desarrollado al vencer los problemas.

Aun en el hogar, la Iglesia ofrece grandes oportunidades para el progreso si estamos dispuestos a aceptar el desafío de las asignaciones que se nos han dado. El obispo nos llama para ser maestros en la Escuela Dominical, maestros orientadores, secretarios, presidentas de la Sociedad de Socorro y así sucesivamente, todos los cuales nos proporcionan oportunidades para progresar.

No siempre es fácil aceptar un problema como una oportunidad. Encontramos un clásico ejemplo en esta historia de la Iglesia. José Smith había sido injustamente aprehendido varios meses en la cárcel de Liberty. Las demandas y apelaciones presentadas ante el gobernador y la justicia fallaron. El Profeta pidió fervorosamente a su Padre Celestial. En respuesta, el Señor reconoció las penalidades de José y dijo que éstas y aún más caerían sobre él,

  • …Entiende, hijo mío, que por todas estas cosas ganarás experiencia, y te serán de provecho. (Doc. y Con. 122:7.)

En la sección 101 de las Doctrinas y Convenios encontramos otro ejemplo. Los Santos que se habían reunido en Misurí estaban sufriendo una gran persecución. Las chusmas los habían hecho abandonar sus hogares en el condado de Jackson y las amenazas de muerte contra los individuos de la Iglesia fueron muchas. En esta época, el Señor reveló a José Smith lo siguiente:

  • “Yo el Señor, he permitido que les sobrevenga la tribulación con que los han afligido, como consecuencia de sus transgresiones; mas los reconoceré, y serán míos en aquel día en que venga para integrar mis joyas. Por tanto, deben ser castigados y probados, aun como Abrahán, a quien se le mandó ofrecer a su único hijo. Porque todos los que no quieren aguantar el castigo, sino que me niegan, no pueden ser santificados. (D y C 101:2-5.)

Al reflexionar sobre la historia de la Iglesia, reconocemos que los castigos y penalidades por los que los Santos pasaron, prepararon los cimientos sobre los cuales la Iglesia pudo edificarse para cumplir su destino. El sobreponerse a sus problemas fundó una fortaleza que caracterizó a los pioneros y que ayudó también a fortificar a la Iglesia.

Lo que Norman Vincent Peale no dijo en su discurso y que bien hubiera podido hacer, fue el hecho de diferenciar entre los problemas creados por aceptar desafíos y los que se crean mediante el ejercicio de un juicio imprudente y acciones indedidas. Debemos hacer un esfuerzo constante para evitar el tener que afrontar las consecuencias de decisiones incorrectas. Si no tenemos cuidado, nuestras vidas se empiezan a llenar de ansiedades que fueron creadas con problemas innecesarios. Esto produce infelicidad en vez de progreso. Si se nos diera a escoger, quizá escogeríamos compartir los problemas de otras personas, para de este modo ayudarlos a ellos así como a nosotros mismos.

Sería prudente suplicar a nuestro Padre Celestial cada mañana y pedirle que por este día, todas las decisiones que hagamos, sean las correctas. Si hiciéramos esto y que nuestra oración fuera contestada, nuestros problemas podrían ser solamente constructivos y de esta manera edificarían una vida de carácter, virtud y cumplimiento.

lunes, 20 de abril de 2009

Los peligros de la superchería sacerdotal

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Escrito originalmente para los maestros del Sistema Educativo de la Iglesia, los cuales por su trabajo estan en mayor riesgo de caer en este problema, creo que se aplica perfectamente a cada uno de nosotros en nuestros llamamientos como lideres y maestros en las capillas.

De que se trata el tema?. Se trata de los peligros que se tienen cuando se enseña en forma pagada (en el caso del SEI) o se enseña por obtener alabanzas. Por un lado estan aquellos que se han transformado en “mercenarios” de la Iglesia, usufructuando de ella antes que teniendo el corazon en el bienestar de Sion y la juventud; y por otro lado, estan todos aquellos que pierden el sentido y se transforman en los “mejores” maestros simplemente por la atencion, encomio y fama que pueden ganar dentro de sus unidades de la Iglesia.

En el segundo caso creo que todos podemos recordar aquellos buenísimos maestros que sin darse cuenta perdieron el rumbo siendo embriagados por el orgullo y la búsqueda de “popularidad” entre los asistentes a las clases. Creo que el mensaje es muy pertinente no solo a nivel de SEI sino que a nosotros mismos ya que este problema no lo vemos solo en las aulas de instituto sino que a veces tambien en nuestras salas de clase e inclusive, reuniones sacramentales en las capillas.

Los peligros de la superchería sacerdotal

Élder Paul V. Johnson

Élder Paul V. Johnson es miembro del Primer Quórum de los Setenta y un Administrador del Sistema Educativo de la Iglesia (SEI). Este discurso fue dado en una Conferencia del SEI el 12 de agosto de 2002, en el Colegio Estatal del Valle de Utah.

Hoy deseo enfocarme en el tema de la seguridad.

Antes de ir a la misión, trabajé en una fábrica en donde se soldaba equipo agrícola. Se nos enseñaron las medidas de seguridad de la fábrica y en el uso de la maquinaria. Existían ciertas normas y prácticas de seguridad que se debían observar, como las que indicaban el tipo de zapatos que teníamos que usar.

También he visitado algunas minas. Es interesante saber que aun a los visitantes se les brinda cierta capacitación acerca de la seguridad y se les entrega cierto equipo de protección antes de que entren a la mina. Las minas modernas tienen dispositivos que verifican la calidad del aire para que si hubiera algún problema, los mineros reciban la advertencia y puedan salir rápidamente de la mina. Antes de que se desarrollaran los sistemas modernos, los mineros acostumbraban bajar a las minas llevando algunos canarios. Los canarios eran más susceptibles a los gases venenosos y se asfixiaban antes de que los mineros resultaran afectados. Si el canario se moría, los mineros sabían que tenían que salir de inmediato. Este era un tipo de aviso oportuno.

La meta de la capacitación sobre la seguridad en las fábricas, la minería, y en otras industrias es la de eliminar las situaciones peligrosas, reducir los accidentes y salvar vidas. Nunca he pensado realmente que el Sistema Educativo sea una profesión peligrosa, al menos en lo que respecta a los accidentes físicos. Sin embargo, sí tenemos peligros espirituales.

Cuando el élder Jeffrey R. Holland era el Comisionado de Educación, nos dio un mensaje en el que se refirió a las precauciones que toman los patrones en las industrias para la seguridad de sus empleados:

“Nuestra propia ocupación tiene peligros especiales, si es que los puedo llamar así; y nuestros patrones tienen la misma preocupación amorosa. Espero que nuestros recordatorios continuos no sean vistos como falta de fe o de confianza en ustedes. Ciertamente no lo son. Son, como los avisos que se ponen en el lugar en donde se guardan los explosivos, un recordatorio. Siempre están ahí—para nuestro bien—y supongo que siempre deben estar allí.”

Existen varios riesgos de trabajo a los que nos enfrentamos. Algunos no son exclusivos de nuestra profesión pero sí pueden afectar nuestro empleo. Por ejemplo, podemos perder el empleo en el SEI si no estamos al corriente con nuestras obligaciones financieras.

En el mundo, actualmente, existen muchos problemas matrimoniales y divorcios. El matrimonio y la vida hogareña de un empleado, en la mayoría de los empleos, no hace ninguna diferencia para saber si puede conservar su trabajo. Pero en el SEI, debido a la importancia que el Consejo de Educación pone en la necesidad de que haya buenos modelos en las aulas, eso sí hace una diferencia.

No mantener una relación apropiada con los estudiantes puede ser otro peligro. Cada año perdemos gente a causa de que no son cuidadosos y no han seguido los consejos. Ya se ha hablado de esto en muchas ocasiones, así que no lo haré hoy. Solamente una vez más les digo, por favor sean cuidadosos en su trato con los estudiantes.

Otro desafío que tenemos es el de conservar la pureza doctrinal. Hablando de este peligro, el élder Jeffrey R. Holland dijo:

  • Hermanos y hermanas, por favor sean cautos, limitados y totalmente ortodoxos en todos los asuntos de doctrina de la Iglesia. Como han de suponer, este es un tema de gran preocupación para las Autoridades, nuestros patrones en esta gran obra. Y aunque nos aman y nos ayudan y confían en nosotros, en lo individual y como grupo—y de verdad lo hacen—no pueden dejar de responder cuando algún miembro de la Iglesia se queja porque piensa que en el salón de clases se toman posiciones doctrinales o históricas no apropiadas. En vista de este peligro que constantemente se nos presenta . . . les menciono estas precauciones y recordatorios. . . .
  • Con un límite adecuado, lo que enseñemos debe estar en armonía con los profetas y con las santas escrituras. No hemos sido llamados para enseñar doctrinas exóticas, emocionantes o que sirvan a nuestros fines personales. Ya tenemos bastante ocupado nuestro tiempo de enseñanza con comunicar efectivamente los principios básicos y fundamentales para la salvación. . . . Sigan estudiando durante toda su vida, pero sean precavidos y limiten su instrucción en el aula a lo que las Autoridades prescriben. Escuchen con atención y vean que es lo que ellos deciden enseñar en la Conferencia General—y ellos han sido ordenados.

Hay otra preocupación que estamos enfrentando. Estamos instalando el acceso a Internet en nuestras computadoras en los Seminarios, en los Institutos de Religión y en las Oficinas Administrativas. Hermanos y hermanas, al abrir esta puerta, necesitamos ser muy cuidadosos. La Iglesia, no solamente el SEI, tiene en vigor una política de cero tolerancia en cuanto a la pornografía y el uso de Internet para ver pornografía en el equipo de la Iglesia. Pueden perder su trabajo en un día. No nos gusta ver que eso suceda y esperamos que entiendan lo serio que es eso. De hecho, el sistema de filtros que se usa actualmente puede generar reportes que incluyan todos los sitios de Internet que se visiten desde cada computadora del SEI. Espero que sean muy cuidadosos. En el futuro, si ustedes muestran una adicción personal o patrón de uso de pornografía, con los equipos del SEI o no, el resultado final sera la pérdida de su trabajo. Esta gran plaga está muy difundida en el mundo, pero no podemos tenerla en nuestras filas. Debemos tener el Espíritu cuando enseñamos a esta hermosa juventud. Los profetas nos han amonestado acerca de este mal y debemos ser ejemplo de limpieza en este asunto.

El peligro de la superchería.

No sé cuánto tiempo hemos usado anteriormente para capacitar en este tema—tal vez no hemos usado ese nombre.

Como profesionales asalariados, estamos especialmente expuestos a algunas trampas que existen con respecto a la superchería sacerdotal. Si estamos conscientes de los peligros, podemos evitarlos más fácilmente.

¿Qué son las supercherías sacerdotales? Nefi nos da una definición breve y útil: “Él manda que no haya supercherías; porque he aquí, son supercherías sacerdotales el que los hombres prediquen y se constituyan a sí mismos como una luz al mundo, con el fin de obtener lucro y alabanza del mundo; pero no buscan el bien de Sión” (2 Nefi 26:29).

Nefi explicó que los hombres “se constituyen a sí mismos como una luz al mundo” con el propósito de “obtener lucro” o “alabanza” pero que no “buscan el bien de Sión.” Hay varias manifestaciones de superchería sacerdotal que incluyen el organizar iglesias o llegar a ser anticristos, tal como lo vemos en el Libro de Mormón. Centrémonos en las manifestaciones que es más probable que encontremos en nuestra profesión como educadores del SEI. Probablemente estas son más sutiles que los casos de Nehor o Korihor, pero aun así llenan la definición de superchería que dio Nefi, y harán daño a la obra. Dañarán a los alumnos y a nosotros también.

Obtener lucro

De la definición de Nefi se desprende que el constituirse a sí mismo en una luz es primordial para que exista la superchería. Las razones para constituírse a sí mismo en una luz incluyen el obtener lucro y la alabanza. Examinemos con más cuidado cada una de estas áreas. Hace unas semanas platiqué con un hombre que me dijo que tenía un hermano que había enseñado en el SEI durante algunos años pero que renunció al empleo. Su hermano nunca pudo aceptar en su mente el estar enseñando el evangelio por dinero. Este hombre me preguntó como puedo aceptarlo en mi mente. Esta es una buena pregunta. ¿Cómo es que lo aceptamos?. Probablemente casi todos nosotros hemos pensado en eso, quizás antes de que fuéramos contratados y me supongo que muchas veces después.

El elder Spencer W. Kimball, en ese entonces miembro del Quórum de los Doce Apóstoles, dio la mejor explicación que he escuchado:

“Quiero que nuestra juventud nunca sea educada por mercenarios. Si alguno de ustedes estuviera enseñando en este programa solamente por tener un empleo y por el sueldo que reciben, entonces espero que sean asignados a una área diferente. Pero si su sueldo es una cosa incidental y su gran y mayor obsesión se centra en nuestros hijos y en su crecimiento y desarrollo, entonces espero que enseñen en Nueva York, en Michigan, en Wisconsin y en Utah que es en donde están mis amados hijos.”

Esta es una gran clave para nosotros. ¿En dónde está nuestro corazón? Si está en el bienestar de Sión y su juventud, creo que estamos bien.

El deseo de obtener lucro se manifiesta en nuestros deberes normales y en nuestro sueldo. También se manifiesta en otros intereses externos tales como en publicar cosas y en seguir estudiando. Ahora les hago una pregunta: ¿Puede una persona recibir un sueldo en el SEI y no estar involucrado en superchería? Definitivamente sí. ¿Puede una persona publicar algo, recibir paga por continuar estudiando, o aprovechar algunas otras oportunidades y no estar involucrado en superchería?. Sí puede. Este es un asunto de motivación. ¿Cuáles son sus motivos? Lo dicho por el Presidente Kimball es la clave en este asunto. Cuando nuestros corazones están en pos del dinero, se nubla nuestra visión y eso nos conduce a malas decisiones.

Alabanza del mundo

Nefi nos dice que, además de obtener lucro, las personas se constituyen a sí mismas como una luz para recibir la albanza del mundo. Algunos maestros sienten un gran deseo de recibir alabanza . A fin de poder obtener dicha alabanza empiezan a constituírse a sí mismos en una luz. Cuando las personas las ven como una luz, están dispuestos a dar la adulación que ellos desean. Eso aumenta su deseo para más elogios, y así continúa el ciclo. Esto llega a ser peligroso porque lleva a que los maestros, para poder llegar a ser una luz, cambien la doctrina o enseñen cosas que no debieran o usen métodos y técnicas de enseñanza que no deben usarse.

El élder Marvin J. Ashton del Quórum de los Doce Apóstoles dijo en 1987:

  • Sean cuidadosos, sean cautos, sean sabios cuando la gente hable bien de ustedes. Cuando la gente les trate con gran amor y respeto, sean cuidadosos, sean cautos, sean sabios. Cuando reciban honores, cuando sean señalados y reconocidos, eso puede convertirse en su cruz, especialmente si se creen lo que se dice de ustedes. . . .
  • La alabanza del mundo puede ser una cruz muy pesada. A lo largo de los años he oído con mucha frecuencia el “Era muy bueno hasta que logró el éxito, y al tenerlo no lo supo manejar.” No estoy hablando del dinero ni de posiciones, estoy hablando acerca del reconocimiento, aún en las responsabilidades en la Iglesia. . . .
  • Oro que podamos evitar el ser descarriados debido a la alabanza, al éxito o por lograr las metas que nos hemos fijado.

Estamos en una profesión que muchas veces trae alabanza y adulación. Esta puede venir de parte de los estudiantes, de sus padres, de los líderes del sacerdocio, de otros maestros, y aún de parte de las Autoridades. Pero recuerden lo que dijo el élder Ashton, debemos ser cuidadosos, cautos y sabios.

En una carta enviada a los presidentes de estaca y obispos en 1952, La Primera Presidencia se refirió al efecto dañino que la notoriedad puede causar en los nuevos conversos: “La demasiada atención y encomio, con frecuencia tiende a apagar la capacidad de la fe y de las obras para llevarnos a la exaltación que todos anhelamos.”

Creo que este principio se aplica a todos aquellos que reciban demasiada atención y encomio. En nuestro ambiente, podemos recibir mucho encomio y alabanzas. Si eso se convierte en nuestra meta y dejamos que nos embriague, empezamos a erigirnos en una luz.

Las palabras de las Autoridades

Las Autoridades han hablado en diversas ocasiones acerca del peligro de erigirnos en una luz. Revisemos unos cuantos de sus comentarios. En 1992, el élder Dallin H Oaks dijo:

  • Otro ejemplo de una fortaleza que puede causar nuestra caída tiene que ver con el maestro carismático. Con una mente entrenada y con una forma de presentación hábil, un maestro puede ser altamente eficaz y popular en su enseñanza. Pero Satanás tratará de usar esa fortaleza para corromper al maestro(a), animándolo(a) a que reúna un séquito de discípulos. Un maestro(a) en la Iglesia o en el SEI o un profesor(a) de una universidad SUD que permita que eso suceda y lo hace “por causa de las riquezas y los honores” (Alma 1:16) es culpable de superchería sacerdotal.
  • “Son supercherías sacerdotales el que los hombres prediquen y se constituyan a sí mismos como una luz al mundo, con el fin de obtener lucro y alabanza del mundo; pero no buscan el bien de Sión” (2 Nefi 26:29).
  • Los maestros que son más populares—y por lo tanto más efectivos—son más susceptibles a este tipo de superchería sacerdotal. Si no son cuidadosos, su fortaleza puede convertirse en su caída espiritual. Pueden llegar a ser como Almon Babbitt, con quien el Señor no estaba bien complacido porque, según lo declara la revelación, “he aquí ambiciona imponer su propio criterio en lugar del consejo que yo he ordenado, sí, el de la Presidencia de mi iglesia, y levanta un becerro de oro para que mi pueblo lo adore” (D. y C. 124:84).

En el año de 1989 en el Salón de Asambleas, el presidente Howard W. Hunter, quien era el Presidente del Quórum de los Doce Apóstoles, se dirigió a nosotros en nuestra Noche Anual con un Autoridad General, él nos dijo:

  • Permitanme hacerles una advertencia. Estoy seguro que reconocen el peligro potencial de llegar a ser tan influyentes y persuasivos que sus alumnos desarrollen lealtad hacia ustedes en vez de hacerlo hacia el evangelio. Ese es uno de los problemas maravillosos con los que tenemos que luchar, y nos gustaría que todos lleguen a ser maestros carismáticos. Pero aquí hay un peligro real. Por eso ustedes deben invitar a sus alumnos a que vengan a las escrituras y no darles solamente su interpretación de ellas. Por eso deben invitar a sus alumnos a que sientan el Espíritu del Señor, y no tan solo darles las reflexiones personales de ustedes al respecto. En fin, por eso deben invitar a sus alumnos a venir directamente a Cristo, y no a quien enseñe sus doctrinas aunque sea muy bueno. Ustedes no siempre estarán disponibles para sus alumnos. No pueden llevarlos de la mano cuando hayan terminado la preparatoria o la universidad. Y ustedes no necesitan discípulos personales. . . .
  • Por favor, asegúrense de que la lealtad de estos estudiantes sea para las escrituras, para el Señor y para las doctrinas de la Iglesia Restaurada. Diríjanlos hacia Dios el Padre y su Hijo Unigénito, Jesucristo, y hacia los líderes de la Iglesia verdadera. Asegúrense de que cuando se acaben el glamour y el carisma de su personalidad y de sus lecciones y se haya disipado el ambiente del aula, sus estudiantes no queden con las manos vacías para enfrentarse al mundo. Den a sus alumnos los dones y talentos que los sostendrán cuando tengan que estar solos. Cuando ustedes hacen esto, toda la Iglesia es bendecida durante varias generaciones. . . .
  • Permítanme hacerles una advertencia referente [al tema de enseñar con el Espíritu]. Creo que si no somos cuidadosos como maestros profesionales trabajando a diario en las aulas, empezaremos a tratar de contrarrestar la verdadera influencia del Espíritu del Señor mediante el uso de medios indignos y manipuladores. Me preocupo en gran manera cuando parece que la emoción y las lágrimas se comparan con la presencia del Espíritu. Cierto es que el Espíritu del Señor puede causar sentimientos emocionales fuertes, incluso lágrimas, pero esa manifestación externa no debe ser confundida con la presencia misma del Espíritu.

En nuestra Noche con una Autoridad General en febrero pasado, nos habló el élder Robert D. Hales. Recordemos sus palabras:

  • Cada uno de ustedes que enseñan en Seminarios e Institutos desean en el corazón ser un ángel. Eso es bueno, pero existe la gran tentación de actuar como el Flautista de Hamelin y creer que van a juntar a todos a su alrededor y amarlos y llevarlos a que obtengan un testimonio; o a creer que si llegan a ser muy populares, pueden dirigirlos y ser un modelo para ellos y marcar una diferencia en la vida de sus alumnos. . . .
  • No hay nada más peligroso que cuando un estudiante vuelca su atención y amor hacia el maestro de la misma manera en que un converso lo hace hacia el misionero en vez de hacerlo hacia el Señor. Y cuando el maestro o el misionero se va o conduce su vida de una manera contraria a las enseñanzas del evangelio, el estudiante queda destrozado. Falla su testimonio. Su fe se destruye. El verdadero gran maestro es muy cuidadoso en lograr que los estudiantes se vuelvan al Señor.
  • Una vez que hayamos tocado las vidas de los jóvenes, debemos encausarlos hacia Dios el Padre y su Hijo, nuestro Redentor y Salvador Jesucristo, mediante la oración, el estudio, y la aplicación de los principios del evangelio en sus vidas.

En la Conferencia de abril de 1997, el élder Henry B. Eyring dijo: “Una de las maneras de saber que una advertencia es del Señor es que se ha apelado a la ley de los testigos, de testigos autorizados. Cuando las palabras de los profetas parezcan repetitivas, deben captar nuestra atención y llenar nuestro corazón con gratitud por vivir en una época tan bendecida.” Acabamos de revisar una de esas advertencias repetitivas que las Autoridades nos dieron específicamente a nosotros

Reconocer las señales

Uno de los desafíos para reconocer y evitar la superchería es que ésta es un asunto del corazón. Es semejante al orgullo. De hecho, el orgullo es la raíz del problema. Si sucede un accidente en una fábrica, usualmente hay signos visibles tales como sangre o pánico. La mayoría de la gente entiende de inmediato que ha habido un accidente. Pero no sucede lo mismo con las heridas del corazón. Necesitamos ser más sensibles a fin de reconocer las primeras señales de los problemas espirituales.

Estas señales pueden ser como los canarios que llevaban a las minas. Si usted estuviera en la mina y viera que el canario estaba un poco mareado, me imagino que podría hacer dos cosas: Una sería salir de inmediato. La otra sería pensar que el canario tenía la gripe. Ese segundo enfoque podría ser fatal para el minero. Ese mismo tipo de enfoque también sería peligroso en nuestra profesión.

Sería muy útil que revisemos nuestro comportamiento y lo que sucede en nuestras aulas a la luz de los siguientes síntomas. Dichos síntomas no serían prueba contundente—ya que son solamente síntomas—pero podrían indicar que el canario en realidad tiene algo más que la gripe.

  • Con respecto a tener seguidores, uno de los síntomas es que alimentamos nuestra autoestima en base a las alabanzas de los demás debido a nuestras lecciones o discursos. Como lo indiqué antes, esto es un terreno peligroso en el cual andar porque los elogios se convierten en algo susceptible y entonces modificamos la enseñanza y la forma en que la presentamos si es que recibamos más elogios.
  • Otro síntoma consiste en pensar que si nos cambian de asignación, habrá una gran pérdida en el SEI; nos sentimos un poco indispensables. Aún si esto fuera cierto, es mejor que dejemos que quienes hacen los cambios se preocupen por ello. Si de verdad es insustituible, le apuesto a que ellos ya lo saben.
  • A veces los estudiantes se niegan a tomar clases de Seminario o de Instituto si no les permiten estar con un maestro en particular.
  • Algunas veces el número de alumnos en las clases de ciertos maestros es mayor que con el resto de los maestros. Incluso podemos centrarnos en competir a fin de tener más alumnos que los demás maestros en el edificio.
  • A veces los seguidores de un maestro son los otros maestros en el cuerpo docente o en un área. Es probable que la gente le tenga más fidelidad a este maestro que a los directores designados.
  • Puede ser que reciba muchas solicitudes para hablar o enseñar a distintos grupos.

Estoy seguro que existen otros síntomas de que un maestro está buscando seguidores los cuales ustedes quisieran considerar.

Veamos ahora algunos síntomas acerca de convertirnos en una luz en el campo del conocimiento o la erudición.

  • Es probable que algunos pensemos que enseñamos doctrina más profunda—más pura y clara que la que está en los manuales o de la que enseñan los demás maestros.
  • Quizás disponemos de fuentes especiales a las que otros maestros no tienen acceso, o quizás tenemos un sistema de estudio especial que nos pone por encima de los demás.
  • ¿Y si pensamos que el SEI o la Iglesia no ponen suficiente énfasis en cierta doctrina, o que no la entienden? De hecho, ha habido unos cuantos que sienten que las Autoridades no entienden claramente cierta doctrina. Cuando se llega a ese punto, el canario se cayó y ya no respira.
  • Algunos tenemos doctrinas preferidas y las enseñamos en todas nuestras clases sin importar que curso estemos impartiendo.
  • Podemos sentir que tenemos que dar una respuesta a todas las preguntas. Nos da verguenza si un alumno nos hace una pregunta y no sabemos la respuesta. Podemos creer que tal o cual Autoridad General o maestro del SEI es el único que tiene el evangelio puro y descartamos o disminuímos a otras Autoridades Generales y a otros maestros.
  • Enseñamos nuestras propias filosofías acerca de las doctrinas.
  • Puede haber preocupación o dudas de parte de los padres de familia o de los líderes del Sacerdocio acerca de lo que hemos estado enseñando en nuestras clases.
  • Podemos enseñar fuertemente nuestra propia opinión y forzar a los alumnos a que se pongan de nuestro lado.
  • Otro síntoma, que no se relaciona directamente con las aulas en el SEI, es el convertirnos en los expertos en asuntos doctrinales en nuestros barrios y estacas. Si hay una pregunta difícil en la clase de Doctrina del Evangelio, ¿voltean hacia nosotros buscando una respuesta? Podemos estar constituyendonos sutilmente en una luz.
  • ¿Nos sentimos frustrados porque los demás no parecen entender el evangelio tan bien como nosotros? Hubo una época en el Libro de Mormón cuando “empezó el pueblo a distinguirse por clases, según sus riquezas y sus oportunidades para instruirse” (3 Nefi 6:12). Como educadores de religión, es probable que tengamos mayores oportunidades de aprender el evangelio que otros. Nuestro empleo incluye el que estudiemos y enseñemos el evangelio. Debemos tener cuidado de no rebajar a quienes no tienen la misma oportunidad.
  • Algunas veces, las capacitaciones que tenemos pueden convertirse en competencias, no declaradas, acerca de quién ha efectuado la investigación más profunda y ha mencionado temas que nadie había oído antes.
  • A veces promovemos el “síndrome de adicción a la perspicacia,” por medio del cual los alumnos tienen que asistir a nuestra clase porque somos los únicos que tenemos la percepción verdadera acerca del evangelio. Uno de los peligros de eso, es que la percepción se convierta en un fin en sí mismo y no necesariamente se muestra en la forma de vivir el evangelio.
  • Nos convertimos en los así llamados expertos en un punto del evangelio y nos molestamos con la política de enseñar distintos cursos de instituto.
  • Nos podemos concentrar tanto en publicar algo o en estudiar tanto, que nuestros intentos por estudiar más, toman prioridad sobre los alumnos y nuestra enseñanza.

Veamos ahora unos cuantos síntomas de que podemos estar constituyéndonos en una luz en el sentido emocional o espiritual.

  • Llegamos a depender en encontrar relatos emocionantes para usarlos en nuestras clases, o usamos historias que se basan, indebidamente, en nosotros mismos o en nuestra vida personal.
  • Estiramos y torcemos los relatos al punto de que no sean totalmente ciertos.
  • Podemos ser muy liberales en la frecuencia con la cual le decimos a los alumnos el Espíritu “me dijo que hiciera” esto. O, como lo dijo el Presidente Hunter, podemos manipular las emociones y decir que eso es el Espíritu.
  • Podemos involucrarnos demasiado en aconsejar a los alumnos en asuntos personales.

Los resultados

Así que, si hay supercherías en nuestro sistema, ¿Cuáles son los resultados? Yo creo que el mayor peligro es que ya no tengamos poder en nuestra enseñanza. O nuestra enseñanza puede ser poderosa, pero es probable que no sea el poder de Dios (ver D y C 50:13–23). Quizás esta sea muy poderosa emocionalmente, o poderosa académicamente, pero eso no ayuda con los cambios duraderos que deben ocurrir en las vidas de los alumnos. Y, como ustedes saben, las Autoridades nos han pedido que revisemos la manera en que podamos hacer que las escrituras y el conocimiento del evangelio desciendan de la cabeza al corazón a fin de que nuestros alumnos hagan las cosas correctas en sus vidas.

Si nos involucramos en las supercherías sacerdotales, podemos entregar un mensaje equivocado. Los alumnos pueden adorar a los maestros pero no se conectan con la doctrina del evangelio. Eso es semejante al padre de familia que enseña a sus hijos, aun por la fuerza, la honestidad, pero que engaña en su declaración de impuestos. Allí están las palabras, pero no está el poder. Puede ser que el alumno no entienda lo que está pasando, pero algo no encaja bien. Y no encaja porque el Espíritu no está allí como debía estarlo.

¿Y que pasa si los maestros evitan las supercherías? Bueno, entonces tenemos una situación muy poderosa. Pueden enseñar la doctrina de una manera simple y sin adornos, y pueden enseñar con el Espíritu. De hecho, si no podemos enseñar con el Espíritu, tampoco podemos cumplir con lo que se nos ha pedido. La única forma de aprender cosas espirituales es por medio del Espíritu. Esa es la única forma en que nuestros alumnos pueden tener el poder de vivir el evangelio en estos últimos días.

Si nuestros maestros están libres de supercherías sacerdotales, los alumnos los amarán, pero no dependerán de ellos. Les amarán a ustedes y estarán agradecidos por lo que les han enseñado, pero ellos se volverán al Señor. Se acercarán a sus padres y a sus líderes del sacerdocio. Habrá milagros en la vida de los alumnos, y podremos ser testigos de ello. Podemos hacerlo.

La superchería sacerdotal es un riesgo profesional. Nos puede afectar, pero no tiene que ser así si es que somos cautos y humildes. Podemos hacer las cosas correctas. Podemos tener aulas poderosas porque tenemos grandes personas: ustedes. Tienen una gran actitud. Trabajan mucho. Han permitido que el Señor ejerza una influencia poderosa en muchas personas. Estoy agradecido por los maestros que he tenido en la educación en la Iglesia.

Hace poco participé en una sesión de preguntas y respuestas con algunos empleados. Una persona hizo un comentario con respecto a que algunas veces da la impresión de que la administración usa una escopeta cuando lo que debía usar es un rifle. En otras palabras, estamos preocupados por algunas pocas personas y en lugar de hablar directamente con ellas, hablamos con todos los empleados del sistema. Por favor sepan que yo, intencionalmente, quise hablar con todos nuestros empleados de tiempo completo en el sistema con respecto a este tema. Está dirigido a todos nosotros. Es para mí, para los administradores de zona, y para cada maestro en el sistema. Sería un error tener una lista mental de las pocas personas que se espera que escuchen atentamente este mensaje. Todos nosotros nos enfrentamos a este peligro profesional y específico.

Puesto que la superchería sacerdotal es un asunto del corazón, se combate mejor, y se puede erradicar, al nivel personal. Es mucho mejor controlarse a sí mismo en estos asuntos antes de que se conviertan en motivo de preocupación para los líderes del sacerdocio o los supervisores. Este es un asunto que debemos de vigilar muy de cerca en nuestra vida. Tiene la tendencia a atraparnos sigilosamente si no somos diligentes.

Al pensar con regularidad en los peligros asociados a nuestra profesión, debemos pensar continuamente en nuestros alumnos. Cito al élder Jeffrey R. Holland otra vez: “Por su bien, y el de ellos, vayan con cuidado, y con modestia y con precaución en medio de los peligros. Les damos gracias por permitirnos poner el aviso en el polvorín una vez más. Sin ninguna duda lo volveremos a hacer por su seguridad y la nuestra.”

Conclusión

Quiero terminar con una escritura del Nuevo Testamento. El apóstol Pablo está explicando a los Tesalonicenses como les había enseñado el evangelio. Creo que este es un ejemplo hermoso de un maestro que no ha sido contagiado con la superchería sacerdotal. Al leer el pasaje, me gustaría que tomen nota de lo que hizo Pablo, de lo que no hizo (especialmente a la luz del concepto de la superchería sacerdotal), por qué lo hizo y cuales fueron los resultados:

  • Porque nuestra exhortación no procedió de error ni de impureza, ni fue por engaño,
  • sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones.
  • Porque nunca usamos de palabras lisonjeras, como sabéis, ni encubrimos avaricia; Dios es testigo;
  • ni buscamos gloria de los hombres; ni de vosotros, ni de otros, aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo.
  • Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos.
  • Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas; porque habéis llegado a sernos muy queridos.
  • Porque os acordáis, hermanos, de nuestro trabajo y fatiga; cómo trabajando de noche y de día, para no ser gravosos a ninguno de vosotros, os predicamos el evangelio de Dios.
  • Vosotros sois testigos, y Dios también, de cuan santa, justa e irreprensiblemente nos comportamos con vosotros los creyentes;
  • así como también sabéis de qué modo, como el padre a sus hijos, exhortábamos y consolábamos a cada uno de vosotros,
  • y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su reino y gloria.
  • Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes. (1 Tesalonicenses 2:3–13)

Sé que el evangelio es verdadero. Sé que estamos involucrados en una obra muy importante. Sé que es crucial que conservemos puras nuestras vidas, a fin de que podamos enseñar a la juventud de la Iglesia y que puedan recibir el testimonio de las verdades del evangelio en sus almas por medio del poder del Espíritu.

Sé que el presidente Gordon B. Hinckley es un profeta y que las escrituras son la palabra de Dios. Tenemos el gran privilegio de enseñar de las escrituras y las palabras de los profetas. Oro por ustedes buenos maestros. Les expreso mi gratitud por todo lo que hacen. También estoy agradecido por sus esposas(os). Estoy muy agradecido por mi esposa, Jill, y estoy muy contento de tenerla conmigo. Digo esto en el nombre de Jesucristo, amén.

Notas:

  1. Jeffrey R. Holland, “Pitfalls and Powder Sheds” (Trampas y Polvorines), The Growing Edge, Noviembre 1978, pág. 1.
  2. Holland, “Pitfalls,” pág. 1.
  3. Spencer W. Kimball, “What I Hope You Will Teach My Granchildren and All Others of the Youth of Zion” (Lo que Espero que Enseñen a Mis Nietos y a Todos los Jóvenes de Sión), discurso dado a los maestros de religión, Universidad de Brigham Young, 11 de julio de 1966, pág. 8.
  4. Marvin J. Ashton, “Carry Your Cross” (Llevad Vuestra Cruz), Discursos Dados en Devocionales y Charlas en la Universidad de Brigham Young 1986–1987 (Provo, Utah: Brigham Young University, 1987) pág. 141.
  5. Declaración de la Primera Presidencia, 30 de junio de 1952, pág. 4.
  6. Dallin H Oaks, “Our Strenghts Can Become Our Downfall” (Nuestras Fortalezas Pueden Causar Nuestra Caída), Discursos Dados en Devocionales y Charlas en la Universidad de Brigham Young 1991–1992 (Provo, Utah: Brigham Young University, 1992), pág. 111.
  7. Howard W. Hunter, “Eternal Investments” (Inversiones Eternas), discurso dirigido a los educadores de religión, el 10 de febrero de 1989 pág. 2–4.
  8. Robert D. Hales, “Teaching By Faith” (Enseñar por la fe), discurso dirigido a los educadores de religión, 1 febrero de 2002. pág. 7.
  9. Henry B Eyring, en Informe de la Conferencia General, abril de 1997, pág. 32.
  10. Holland, “Pitfalls,” pág. 1.

Original: http://rsc.byu.edu/espanol/spanPubPJohnsonPriestcraftRevised.php

viernes, 17 de abril de 2009

El Mérito Personal para usar el Sacerdocio

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Te voy a pedir que por algunos minutos pienses que tú y yo estamos solos en un lugar tranquilo, cuyo ambiente permite recibir la dirección del Espíritu Santo. Mientras compartimos estos minutos juntos, te pido que reflexiones sobre tu dignidad personal para utilizar la autoridad sagrada que posees.

¿Son propicios tus pensamientos privados y personales para recibir la guía del Espíritu Santo o sería beneficioso realizar una buena limpieza? ¿Nutres tu mente con materiales inspiradores o has sucumbido a la tentación de la pornografía impresa o de internet? ¿Evitas sinceramente el uso de estimulantes y de substancias que no están de acuerdo con el propósito de la Palabra de Sabiduría o has hecho algunas excepciones justificándolas en base a tu razonamiento? ¿Eres cuidadoso para controlar lo que entra a tu mente por tus ojos y tus oídos con el fin de asegurarte de que sea sano y eleve tu espíritu?


Si te sientes incómodo con cualquiera de las respuestas que has dado mentalmente a esas preguntas, te pido que tomes las medidas para cambiar ahora mismo. Si existen problemas de dignidad, de todo corazón te insto a hablar ya con tu obispo o con un miembro de la presidencia de tu estaca. Necesitas ayuda; esos problemas que te inquietan no se van a solucionar por sí solos. Sin la atención debida, lo más probable es que empeoren. Tal vez sea difícil para ti hablar con tu líder del sacerdocio, pero te aliento a que lo hagas ahora, para tu propio bien y para el bien de los que te aman.

Hermanos, ahora voy a hablarles de cómo se debe utilizar el sacerdocio para bendecir la vida de los demás, especialmente de las hijas del Padre Celestial.

La proclamación sobre la familia dice que el esposo y la esposa deben ser iguales. Estoy seguro de que a toda esposa en la Iglesia le gustaría tener esa oportunidad y que la apoyaría. Que ocurra o no, depende del esposo. Muchos esposos practican la igualdad con su esposa para el beneficio de ambos y la bendición de sus hijos. Sin embargo, muchos no lo hacen. Insto a todo hombre que sea renuente a establecer una relación de igualdad con su esposa a que obedezca el consejo inspirado del Señor y que lo haga. La igualdad en el matrimonio trae mayores beneficios cuando tanto el esposo como la esposa procuran saber la voluntad del Señor al tomar decisiones que les conciernen a ellos y a su familia.

Estén atentos a la inspiración del Espíritu al utilizar el privilegio supremo de actuar en el nombre del Señor mediante el sacerdocio que poseen. Estén más atentos de cómo pueden utilizar mejor el poder del sacerdocio en la vida de quienes aman y a quienes prestan servicio. En particular, pienso en personas tales como una viuda necesitada que podría beneficiarse con la ayuda de un poseedor del sacerdocio comprensivo y compasivo. Muchas de esas personas nunca solicitarán ayuda. Tengan presente la variedad de problemas que podrían ayudar a solucionar en el hogar de ellas, tal como aliviar las tensiones por medio de una bendición del sacerdocio, o la necesidad de realizar pequeñas reparaciones en el hogar.

En calidad de obispos, sean sensibles y atentos con las hermanas que prestan servicio en el consejo del barrio. Ellas pueden determinar las necesidades de aquellas hermanas de su barrio que no tienen la bendición del sacerdocio en su hogar. Por medio de visitas a las casas, la Sociedad de Socorro puede determinar las necesidades y recomendarles soluciones. Para asuntos más allá del ámbito de la Sociedad de Socorro, pueden pedir el apoyo del quórum de élderes o del grupo de sumo sacerdotes para proporcionar ayuda de acuerdo con las necesidades.

Cómo obispos, cuando brindan consejo a una pareja que tiene problemas matrimoniales, ¿dan el mismo crédito a lo que dice la mujer y a lo que dice el marido? Al viajar por el mundo me he dado cuenta que no se hace justicia con algunas mujeres cuando el líder del sacerdocio se deja persuadir más por un hijo que por una hija del Padre Celestial. Sencillamente, esa desigualdad no debe existir.

El propósito de la autoridad del sacerdocio...

es dar, prestar servicio, elevar e inspirar, no ejercer injusto control o fuerza. En algunas culturas, por tradición, el hombre tiene una función de dominio y autoridad para controlar y reglamentar todos los asuntos familiares. Esa no es la manera del Señor. En algunos lugares el hombre es casi dueño de su esposa, como si se tratara de una posesión más. Ese es un concepto cruel y erróneo del matrimonio infructuoso e instigado por Lucifer, y que todo poseedor del sacerdocio debe rechazar. Se basa en la idea falsa de que el hombre es en cierta forma superior a la mujer. Nada está más lejos de la verdad. Las Escrituras confirman que el Padre Celestial dejó a la mujer, Su más grandiosa, espléndida y suprema creación, para el final. Sólo después que todo lo demás estuvo terminado, se creó a la mujer. Sólo entonces se pronunció que la obra se había terminado y que era buena.

Acerca de nuestras esposas, madres, abuelas, hermanas y de otras mujeres importantes de nuestra vida, el presidente Hinckley dijo:

“De todas las creaciones del Todopoderoso, no hay ninguna que sea más inspiradora que una bella hija de Dios que vive una vida virtuosa con el entendimiento de por qué debe hacerlo, que honra y respeta su cuerpo como algo sagrado y divino, que cultiva su mente y que constantemente ensancha el horizonte de su inteligencia, que nutre su espíritu con verdad sempiterna”.

Por diseño divino, la mujer es fundamentalmente diferente del hombre en muchas formas. Ella es compasiva y se interesa por quienes la rodean; sin embargo, esa naturaleza compasiva puede llegar a ser abrumadora para aquellas mujeres que encuentran más para hacer de lo que ellas son capaces de realizar, aun con la ayuda del Maestro. Algunas se desalientan porque sienten que no hacen todo lo que deberían. Creo que ése es el sentimiento que experimentan muchas mujeres dignas, eficientes y devotas de la Iglesia.

Como esposo o hijo...

expresa gratitud por lo que tu esposa y madre hacen por ti. Expresa tu amor y tu gratitud a menudo; eso hará que la vida de muchas hijas del Padre Celestial, que rara vez escuchan un comentario de elogio y a quienes no se les agradece la infinidad de cosas que hacen, sea más plena y agradable. Como esposo, cuando sientas que tu esposa necesita aliento, abrázala y dile cuánto la amas. Que cada uno de nosotros sea siempre cariñoso y agradecido con las mujeres especiales que enriquecen nuestra vida.

Muchas veces, el valor real de algo no se reconoce sino hasta que se nos quita. Para ilustrarlo, consideren el hombre que había perdido el uso del sacerdocio por causa de haber transgredido. Más tarde se le restituyó como parte de la restauración de las ordenanzas a la que se hizo merecedor por medio del arrepentimiento total. Después de restaurarle las bendiciones, miré a la esposa y le pregunté: “¿Le gustaría recibir una bendición?”. Ella respondió con entusiasmo. Entonces miré al esposo que ahora podía utilizar su sacerdocio y le dije: “¿Te gustaría darle una bendición a tu esposa?”. No hay palabras para expresar la profunda emoción de esa experiencia y los lazos de amor, confianza y gratitud que creó. No debería ser necesario que perdieran el derecho al sacerdocio para apreciarlo plenamente.

Dios nos hará responsables por la forma en que tratemos a Sus preciadas hijas. Por lo tanto, tratémoslas como Él desearía que se las tratara. Ruego que el Señor nos guíe para tener más inspiración, ser más sensibles y eficaces en el uso del sacerdocio que poseemos, en especial con Sus hijas. En el nombre de Jesucristo. Amén.



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miércoles, 15 de abril de 2009

El Aborto Terapeútico

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El tema es bien delicado y puede llegar a ofender y poner en un fuerte antagonismo a muchas personas, en relacion a la posicion o pensamiento que tengan otros. De hecho, resulta dificil dar una respuesta correcta en ciertos casos. Aun cuando creo todos condenamos como un asesinato la intensión de un aborto, la linea es mas dificil en el caso del aborto conocido como “terapéutico”.

La posicion de la Iglesia al respecto esta claramente establecida en el manual general de instrucciones y en diversos mensajes dados por nuestros lideres. El aborto es un crimen cuando es hecho por elección por una conveniencia personal o social. Los miembros no deben practicarlo, recomendarlo, pagar o hacer arreglos para esto excepto con las posibles excepciones de peligro para la madre, defectos graves que hacen incompatible con la vida al bebe y en caso de embarazo por violacion o incesto, aun cuando ninguna de estas circunstancias justifican automaticamente un aborto (donde sea legalmente permitido) sino que se le considera una materia de suma seriedad que debe ser considerado solo luego que las personas involucradas hallan consultado consejo con sus obispos y recibido aprobacion divina atravez de la oracion.

Hay un grupo de miembros que inclusive se habian inactivado ya que consideraban que no podia ser que la Iglesia de Dios apoyase alguna forma de aborto. Las acusaciones eran dirigidas especialmente a historias (no se si seran verdad, y si son, bueno, hay de todo en la Iglesia, no creo que sea motivo para condenar a toda la organización) de obispos que recomendaban e inclusive motivaban a las jovencitas embarazas (en tristes casos de violaciones y cosas asi) a practicar un aborto, aun cuando en ciertos casos ellas deseaban tener a los bebes. La posicion de un grupo de personas era que inclusive en ese triste y traumatico caso, no hay ningun derecho o justicia en asesinar bebes por la maldad de alguno de sus progenitores.

El tema no deja de ser complicado y chocante y espero jamas verme en una situación asi. Sin embargo, por cierto las indicaciones son claras respecto a que las tres condiciones donde podria ser que podria ser practicado un aborto (si es legal en el pais) no son automaticas sino que han de ser consultadas con el Señor.

Aborto terapéutico

El ser padres es una de las partes más maravillosas del Plan de Felicidad que Dios ha dispuesto para nosotros sus hijos. No es fácil, pero no hay nada en el mundo que traiga mayor gozo. Sin embargo, hay situaciones en las que ese privilegio es interrumpido, a veces de manera natural, otras provocada deliberadamente. Mi intención con este artículo no es la de dar una cátedra doctrinal al respecto, simplemente tratar el tema del aborto de una manera abierta y sencilla.

En Chile, se estuvo discutiendo mucho el tema del “Aborto Terapéutico”, hay un proyecto de ley en el congreso respecto al tema, algunos están a favor, y otros en contra (como en todo). Personalmente, me interesó averiguar más, puesto que la Iglesia permite el aborto en ciertas ocasiones. Claro que no es tan fácil, son ciertas situaciones que se deben estudiar muchísimo.

El proyecto dice lo siguiente:


Proyecto de Ley

Art. 1°.- Agréguese el siguiente inciso segundo al art. 345 del Código Penal:

“El aborto practicado por un médico cirujano con especialidad en Gineco-Obstetricia y con el consentimiento de la mujer, no será punible:

Si se ha realizado cuando exista un peligro para la vida de la madre o grave deterioro de su salud y se efectúe con posterioridad a la opinión fundada de tres médicos cirujanos especialistas en Gineco-Obstetricia;

Si se tratare de una menor o incapaz, será necesario el consentimiento de consuno con su representante legal”.
(Fuente: Biblioteca del Congreso Nacional de Chile)

Interesante, pero, ¿que dicen los profetas y apóstoles al respecto? 

Primero que todo, aclarar que el aborto deliberado, es un pecado y es abominable ante los ojos de Dios, el Pdte Kimball dijo lo siguiente:

“El aborto es una maldad cada vez mayor que nosotros impugnamos. Ciertamente sería difícil justificar el terrible pecado de un aborto premeditado. Es casi inconcebible que se cometa para evitar el bochorno, conservar las apariencias o escapar a la responsabilidad.

¿Cómo puede uno someterse a tal operación o participar en ella de manera alguna, aconsejándola o costeándola? Si pudiera encontrarse justificación en casos raros y especiales, no cabe duda que efectivamente serían inusuales. Lo colocamos entre los primeros de la lista de pecados contra los cuales vigorosamente amonestamos a la gente.

“‘El aborto debe ser considerado como una de las prácticas más pecaminosas y repugnantes de esta época en la que estamos presenciando la espantosa actitud licenciosa que conduce a la inmoralidad sexual’ (Priesthood Bulletin, febrero de 1973, pág. 1)”

(véase Liahona, agosto de 1974, pág. 34)

Comparto lo que dice el Pdte Hinckley:

“Según los centros de control y prevención de enfermedades, se practicaron más de 1.200.000 abortos en 1995 tan sólo en los Estados Unidos. ¿Qué ha ocurrido con nuestro respeto por la vida humana? ¿Cómo pueden mujeres, y hombres, negar el gran y valiosísimo don de la vida que es divino en su origen y naturaleza?

“¡Qué cosa asombrosa es un niño! ¡Qué hermoso es un niño recién nacido! No hay milagro más grande que la creación de la vida humana.”

Sin embargo, el Pdte agrega:

“Aun cuando lo condenamos, pensamos que debe permitirse en ciertas circunstancias, como cuando el embarazo ha sido provocado por incesto o violación, cuando la vida o la salud de la madre corren serio peligro según la opinión de autoridades médicas competentes, o cuando estas autoridades médicas saben que el feto padece de graves defectos que no permitirán a la criatura sobrevivir más allá del nacimiento.

“Pero esos casos son poco comunes y hay muy pocas probabilidades de que se presenten. En esas circunstancias, a los que se ven enfrentados al problema se les pide que consulten a sus líderes eclesiásticos locales y que oren con gran fervor, que reciban una confirmación por medio de la oración antes de proceder.

“Hay un camino mejor”.

Si la mujer no tiene posibilidades de casarse con el padre de la criatura y si ha sido abandonada, queda la muy bienvenida opción de poner al niño para adopción por padres que lo quieran y lo cuiden. Hay muchos matrimonios en buenos hogares que anhelan un hijo y que no pueden tenerlo”

(Liahona, enero de 1999, págs. 83–84).

El Pdte Boyd K. Packer lo confirma así con sus palabras:

“Las Escrituras nos dicen: ‘No… matarás, ni harás ninguna cosa semejante’ (D. y C. 59:6)

“Con excepción del embarazo como consecuencia del terrible crimen de incesto o violación, o cuando la ciencia médica confirma que la vida de la madre está en peligro, o que debido a una seria anormalidad el feto no sobrevivirá al nacimiento, el aborto está en la categoría de lo que ‘no harás’. Aun en esos casos tan singulares, es necesario orar mucho para tomar la decisión correcta.

“Nos enfrentamos a decisiones tan delicadas porque somos hijos de Dios”
(véase Liahona, enero de 1991, pág. 97).

A aquellos que se vean ante este fuerte dilema, la mejor recomendacion es que oren mucho al respecto buscando la guía del Espíritu del Señor.

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